(pequeña disertación sin spoilers)
Ha terminado no hace demasiado un (¿podemos llamarlo experimento audiovisual?) que va mucho más allá de lo interesante. En cualquier caso se trata, con todas las palabras, de un proyecto personal, y solo por eso -creo- debería ser bien recibido.
Se trata de "Horace and Pete", la última serie de Louis C.K.
Y lo novedoso, aunque no sea tal, es la libertad con que ha sido planteada, concebida y llevada a cabo.
La idea es sencilla: Louis C.K. (cómico popular y con tirón mediático en USA) ha hecho esta webserie de diez capítulos y los ha ido subiendo a su web. Lejos de cadenas de televisión, plataformas o distribuidoras (y sus consiguientes plazos para cumplir) y ha realizado -la visión de la serie lo demuestra- su historia con total libertad, la suya, la que le dictaba su propia concepción de la idea.
Cada capítulo dura lo que dura (unos más de una hora, otros apenas sobrepasan los veinte minutos) y cuentan lo que cuentan. Hay algunos con cambios de escenario y tiempo, otros con apenas un plano y su contraplano.
Los fue subiendo conforme los iba acabando, estableció un dinero para su descarga (31 dólares la serie completa) y se dejó seducir por la historia.
No hay más. Ni menos.
Después de su visionado puedo decir que si no la mejor (criterio complicado) si me parece la serie más interesante, lúcida, tierna, valiente y depresiva que he visto en los últimos tiempos. Una perfecta mezcla entre "Cheers" y "Estudio 1", mucho más preocupada por unos vibrantes diálogos (y unas interpretaciones prodigiosas) que por la planificación o puesta en escena.
Por supuesto que tiene muchos peros (quizá la propia interpretación de Louis C.K., para mí, lo que menos me gusta) pero se nota que es la serie que ha querido, hecha entre amigos, disfrutada entre amigos, realizada con total complicidad y compromiso.
Precisamente en esa complicidad viene mi pequeño análisis.
En un diálogo (que dura cuatro minutos de capítulo, mucho para una serie normal, poco en este caso) entre Louis C.K. (que interpreta a Horace) y Steve Buscemi (que hace el papel de Pete), este último se enfada con Horace, se enfada "de verdad", y en medio de la ofuscación le suelta un "por dios, Louis" dirigido no sabemos si al personaje Horace, como debería, o a su amigo Louis.
Y nada de corten, o vamos a repetir la toma. La intensidad y veracidad de la interpretación es tal que no es necesario.
Todo rezuma ficción y realidad en "Horace and Pete" a partes iguales. Este es un buen ejemplo de ello.
Quizá por eso, si darnos cuenta, se están abriendo caminos, más allá de los canales clásicos, que permiten la realización de productos que, cuando menos, se escapan a lo que estamos acostumbrados a ver, a lo clásico, a lo que ya se sabe que funciona.
Y ese futuro indómito, con todas las salvedades que un escéptico quiera ponerle, tiene ramalazos esperanzadores.