El cine es una pasión.
Cargada muchas veces de demasiada mitificación, y ensalzada hasta la desmesura por los que lo amamos.
No me hubiese importado llamar a este blog "Cine es mi pasión", por aquello de la coherencia con el otro blog que tengo, aunque precisamente esa mitificación y esa pasión fueron las que me decidieron escoger el nombre -ese breve encuentro- que ahora tiene.
El cine es una pasión.
Y como buena pasión, sólo es entendida por aquellos que la comparten.
En este caso -es una ventaja- somos muchos los locos que nos dejamos arrastrar por el misterio de una sala a oscuras, que nos fascinamos con la falsa luz de la cuarta pared, los que hemos vivido demasiado -aunque fuese mentira- dentro de un cine como para que no se nos hubiese colado éste hasta la médula.
Pero ya digo que no somos los únicos.
Y un buen ejemplo, una buena historia para retomar de nuevo los vídeos de este blog y para despedirnos hasta después de semana santa, es la historia de "Vida en sombras", la historia de Lorenzo Llobet Gracia.
"Vida en sombras", rodada en 1949, no llegó a estrenarse nunca comercialmente, por diversos problemas de censura y producción, y su director, Llobet Gracia, no pudo volver a rodar ninguna otra cinta, por lo que es considerado con razón uno de los directores malditos del cine español.
La copia que se conserva viene de la restauración de un negativo encontrado décadas después, lo que permitió su posterior estreno y el encuentro por fin con su único lugar en el mundo: una sala de proyección.
La película es magnífica.
Puro amor al cine. Cine dentro del cine.
Protagonizada por Fernando Fernán Gómez, cuenta de un curioso modo cíclico la vida de Carlos, un operador de cámara que nace a principios de siglo en una barraca donde se está dando a conocer el cinematógrafo (nace el cine, nace él), y cómo este hecho -la pasión por contar historias con una cámara- marcará el resto de su vida.
Quería traer hoy aquí el inicio de la película, los primeros siete minutos que resumen sin duda ese amor al cine que tantos tenemos.
Es una delicia para los sentidos.
El sonido no es el mejor, pero se disfruta sin contemplaciones.
Os dejo con ella:
Efectivamente, lo único que uno siente al ver estos minutos, es ganas de seguir con la historia. De ver evolucionar a ese Carlos de niño yendo a ver las películas de aventuras, a ese Carlos de mayor enamorado del cine y afectado por la vida...
En cualquier caso sí me gustaría detenerme en pequeños detalles (este inicio está lleno de posibles análisis) que surgen al principio de la narración.
Lo primero que me llama la atención es el juego Realidad/Ficción que se establece desde el segundo uno.
Lo primero que vemos es la representación (de los padres de Carlos) boca abajo, lo que nos da una doble y a lo mejor triple lectura: Por un lado remarca el hecho de que estamos viendo una fotografía (así es como se recoge la imagen en una cámara oscura), por otro lado nos indica que es mentira lo que estamos viendo (no es la vida real, esta tamizada a través de una máquina) pero también indica que el cine está formado por fotografías, y que en el fondo todo -cine, vida, realidad, fotografía, ficción, mentira- se mezclan en una misma cosa.
No quiero contar nada, pero no será hasta el final de la película cuando este plano cobre -entonces sí- su verdadero sentido.
Para incidir en esto que cuento, posteriormente veremos al fotógrafo (el causante del artificio) y a la pareja, en esta ocasión ya boca arriba.
Otro momento importante es cuando en una caseta ganan un Zoótropo.
Eso nos sitúa perfectamente en un contexto histórico determinado: el nacimiento del cine.
Resulta igualmente curioso cómo ha sido la fotografía la primera en mostrarse (no olvidemos que fue el nacimiento de la fotografía el trampolín imprescindible para que el cine se pudiese desarrollar) y luego haga aparición este mismo.
El momento culmen de la secuencia inicial se desarrolla dentro de la llamada "barraca de los franceses", donde en principio nos muestran de un modo bastante veraz lo que debían ser las proyecciones entonces, con el ambiente abarrotado, el humo, la expectación, el dueño de la barraca comentando lo que se ve...
Vemos cómo los espectadores asisten al nacimiento del cine (las primeras proyecciones), vemos cómo en la pantalla se proyecta un nacimiento (el mago saca un recién nacido de la chistera) y vemos como la madre de Carlos, de un modo naïf y entrañable tiene a luz a su bebé en ese mismo momento.
Lo decía al principio: El cine es una pasión. Nos arrastra, nos engulle, nos conmueve.
Y los que la sentimos como tal nos dejamos. Nos dejamos arrastrar, nos dejamos engullir, nos dejamos conmover.
Que sea así por mucho tiempo...