Material didáctico y/o de entretenimiento alrededor del cine y la imagen


martes, 15 de febrero de 2011

Boardwalk empire: Construir un personaje en apenas seis planos

Es así: Ese audiovisual narrativo al que llamamos cine construye todo su discurso a través de un hecho tan sencillo como el de contar historias.
Contar historias.
Y casi siempre, el vehículo elegido -el principal- para hacernos llegar esas historias son los personajes.

La importancia del personaje en la narratividad es indudable.
Desde mi punto de vista, de todas las disciplinas creativas, el mundo del cómic es el que más se articula alrededor de la figura de un personaje (por tanto su construcción resulta de vital importancia) pero el cine -mucho más versátil, mucho más disperso- no le anda a la zaga, casi a la altura de la novela.

Así pues, si queremos hacer creíble una historia, si queremos que el espectador se introduzca en ella, si queremos -o necesitamos- un hilo conductor que ate y entronque todas esas minuciosas piezas de las que el cine bebe, el/los personajes se presentan como imprescindibles en esa tarea.
Y con ellos los actores, claro, que los representan.

Construir un buen personaje es al mismo tiempo un reto y un disfrute. Y los elementos que tenemos a nuestro alcance para hacerlo son múltiples y variados.
La fascinación que el espectador puede encontrar para con un personaje es tan diversa como el propio cine, aunque determinadas características -que no sean planos, que evolucionen a medida que avance la historia, que tengan contradicciones y aristas- ayudan.
Los diálogos nos servirán, pero a veces una sola mirada, un gesto, una expresión nos pueden dar la medida y la hondura de un personaje determinado.

Algo de eso ocurre en esta escena de apenas seis planos, donde de una manera magistral construimos la compleja, fascinante y perturbadora personalidad de un personaje como Enoch "Nucky" Thompson, interpretado impecablemente por Steve Buscemi.

La escena pertenece a la serie de la HBO para televisión "Boardwalk Empire", que ha concluido ya su primera temporada, y que versa sobre la vida en Atlantic City en la época de la ley seca, conocida además porque su primer episodio fue rodado por Martin Scorsese.

No incluyo la escena en vídeo, pero la vamos a diseccionar con más imágenes, para hacernos una idea mejor de como transcurre.
Este momento coincide justo con el final del tercer episodio de la primera temporada (minuto 49:30) y cómo digo está dividido en seis planos:

PLANO 1:
Vemos en un ligero contrapicado el escenario donde se va a desarrollar la escena: el lujoso vestíbulo de un hotel.
No vamos a insistir sobre ello, pero como siempre el primer plano de una secuencia nos sirve para situar al espectador en el espacio físico donde se va a desarrollar la historia.


El plano continúa cuando vemos que el portero del hotel abre la puerta a un personaje -nuestro personaje- que pasa al interior. Apreciamos que afuera está lloviendo con fuerza.



El personaje -todavía demasiado lejano para que se le reconozca- cruza ese lujoso vestíbulo justo por el centro, sobrio pero seguro de sí mismo.
El uso del ligero contrapicado en la angulación tiene un doble motivo: Por un lado nos da cierta majestuosidad -al escenario y al personaje- pero para entender cuál es la segunda razón de su uso, aún tendremos que esperar un poco.




PLANO 2:
Este es un plano de seguimiento el protagonista, desde su espalda, que también es informativo, pues nos indica que se dirige hacia el ascensor.
Seguimos sin ver su cara (dos planos sin saberlo nos da un cierto aire de misterio para con el personaje) pero nosotros avanzamos con él. De algún modo no estamos seguros de quién es pero nos dejamos arrastrar por él, no sabemos cómo es su cara pero lo perseguimos, sin llegar a alcanzarlo nunca.




PLANO 3:
El plano tres es muy curioso, pues enlaza con el segundo a través de un rápido y casi invisible fundido.
En realidad este plano es continuación del primero, y va a ser por fin el que nos ofrezca una clara referencia del personaje que se trata: Nucky Thompson.
Ese reconocimiento real del personaje va a durar poco, pues conforme avanza se introduce en las sombras (el ascensor) y perderemos visibilidad de su rostro.
Algo nos están contando aquí de los matices, los dobleces y la ambigua personalidad del personaje: sobria, introspectiva, contradictoria y bastante inasible.





En este último momento de este tercer plano, y justo antes de enlazar con el cuarto, el rostro en penumbra de Nucky ocupa ya casi toda la pantalla (está dentro del ascensor y tapa el escenario), y precisamente para dar paso al siguiente plano vemos cómo su rostro se gira hacia el vestíbulo.


PLANO 4:
Es el plano clave de la escena, el que más información y a la vez más curiosidad nos va a ofrecer de la misma.
Conectado perfectamente con plano anterior vemos -ahora sí perfectamente definido- el rostro de Nucky Thompson, que se gira hacia el exterior del ascensor.
Su expresión ante lo que ve mezcla muchos y casi imperceptibles sentimientos: Tristeza, sorpresa, decepción, abatimiento, hastío o pena.
Sus ojos bajan la mirada y corroboran aún más lo anteriormente dicho.




PLANO 5:
En este plano podremos completar el puzzle, entender todo lo que nos han contado hasta ahora, ver lo que Nucky ve, sentir lo que Nucky siente, y con él entender -al menos en parte- esa complejidad de su pensamiento.
Y nos sirve a su vez para entender el uso del contrapicado en el primer plano.

Lo que Nucky ve son las huellas de sus zapatos mojados de agua y barro en el lujoso, limpio e impoluto vestíbulo del hotel que lo acoge.
Nucky ve todo lo que ha dejado detrás.
Es una evidente pero perfecta metáfora sobre todo lo que ha tenido que hacer para llegar a donde ha llegado, de todo lo sórdido y lo sucio que ha tenido que realizar para estar donde está.
Eso no lo hace feliz ni orgulloso, pero sí consciente.
Sabemos que lo sabe, y que no le gusta.
Y lo observa en la distancia -desde una distancia física y emocional- que hace que también entendamos que ese camino andado está ya atrás, y que él no hará nada por borrar esas huellas, por limpiar lo sórdido, por arrepentirse.




Entonces, en este mismo plano, vemos cómo el portero ocupa toda la pantalla para cerrar el ascensor (para cerrar con el pasado, para no verlo, para así limpiarlo).


PLANO 6:
Continuación del plano 5 y con el mismo encuadre que el 4, vemos cómo el ascensorista termina de cerrar el ascensor, encerrando a un Nucky impasible que sigue mirando a su pasado, impertérrito, con todas las dobleces que podamos añadir a esa expresión cargada de cualquier cosa menos de orgullo.
Y el ascensor se cierra.
Y el pasado se borra.
Y el episodio termina.






Y así, con una acción en principio banal hemos construido un personaje complejo, triste, inasible, determinado, contradictorio y fascinante.
Mucho nos queda por saber de él, y mucho nos seguirán contando.

P.D. A parte de los personajes principales, el mundo de la narratividad está lleno de secundarios de lujo que aportan muchas veces más interés que los propios protagonistas.
No sé si podríamos mantener esto en Boardwalk Empire, pues su protagonista tiene indudablemente un papel estelar, pero sí que está secundado por unos personajes -también- perfectamente construidos y que aportan muchísima vida a la historia.
Entre mis preferidos, ese policía malsano que es Nelson Van Alden (¿se supone que es el bueno?) y un personaje lleno de misterio, pasado e incógnitas como es Richard Harrow.

No cuento más...