Material didáctico y/o de entretenimiento alrededor del cine y la imagen


viernes, 8 de octubre de 2010

Kill Bill II: Western, tensión y simetría

La planificación debe tener bastante de juego.
Debe responder a un patrón determinado por unas razones concretas. Y esas razones, faltaría más, pueden ir de lo más profundo a lo más peregrino.
Un homenaje, un reto, un impasse, un intentar el imposible, un clímax.
El que decide juega, y el que decide apuesta.

Y luego está la no planificación, el dejar fluir, el no pensar demasiado.
Donde no sabemos muy bien ni dónde está la cámara, ni por qué se puso ahí. Donde no hace falta, donde no se quiso, donde daba igual.
Y también funciona.

Habrá escenas en las que no sabremos muy bien dentro de qué grupo nos encontramos, y en otras, sin embargo, podemos observar claramente la pertenencia a uno de estos dos casos.
Ocurre en esta escena de "Kill Bill II", dirigida en 2004 por Quentin Tarantino.
Hay una planificación detallada, minuciosa y pensada.
Es difícil negarlo.

Beatrix Diddo, "La novia", ha dejado atrás un pasado violento y quiere retomar su vida -una vida normal, aburrida y corriente- casándose con un chico y retirándose a un pueblo perdido.
Pero justo antes de la boda, cuando está ensayando la ceremonia, recibirá la visita de Bill, su compañero y maestro, catalizador de ese pasado violento...
Aquí el video:



Hay un ritmo y un aroma inevitable al western más clásico. O al spaghetti western, por ser más preciso.
Homenaje, referencia, recordatorio. Podemos llamarlo como queramos.
Sólo hay que comparar el principio de esta escena con el final de uno de los filmes más admirados de John Ford, el clásico "Centauros de desierto".
¿O es mi imaginación?


Mucho de western y mucha tensión en esta parte de la historia.
Hay, flotando en el aire de toda la escena, un aroma a simetría, a lucha de poder, a nivelación de fuerzas e intenciones de la que en el fondo bebe toda la película.
La novia y Bill. Bill y la novia.

En el comienzo de la escena, sin embargo, vamos a vivir el mayor momento de tensión explícita.
Beatrix sale al porche y se encuentra con Bill. Él está tocando la flauta y ella no sabe todavía las intenciones con las que se ha presentado.
Los planos se intercalan rápidamente al ritmo de la música, recordando -de nuevo el western- a un duelo de pistolas al sol, esperando ver quién va a desenfundar primero.


Pero la tensión termina cuando Bill mira a la novia, y de sus labios sale su nombre.
Entonces empieza la simetría, la nivelación de fuerzas.
Él la mira y ella lo mira.
Se observan y se respetan.


Poco a poco toda esa tensión, todo eso recelo se va disipando.
Los planos se abren y continúa la conversación, continúa la simetría. Los dos personajes se apoyan sobre un pilar del porche, y ocupan lados contrarios del espacio.


Resulta curioso -y a mi modo de ver muy interesante- el acercamiento de los dos personajes en esta parte de la escena.
Para continuar con esa nivelación de fuerzas, tanto la novia como Bill darán un par de pasos de acercamiento, pero nosotros los observaremos desde perfil, de modo que esta sucesión de planos no acarrea un recorte de los mismos, sino que los veremos siempre a la misma distancia.
Y el ritmo de planos "la novia/pies de la novia/Bill/pies de Bill" remarca esta idea.



Simetría.
Y esta simetría continúa en el encuentro de los pies, en el último paso de los personajes.


Y, como no podía ser de otra manera, los rostro de los personajes se ven condicionados igualmente por la simetría.
Hay un leve acercamiento de cámara en esta última parte de la conversación (la tensión primera que se fue disipando vuelve) pero conservando esa omnipresente simetría.


Y, como no podía ser de otra forma, en la última parte de la escena -un plano/contraplano muy cercano- continuará con la misma idea del ritmo simétrico.



Pero inevitablemente, la tensión de la conversación (y los planos que la acompañan) van en aumento, y llegados a ese punto, la novia será la encargada de cortarla, desviando la atención hacia el interior de la iglesia.

Así, sin más, se desarrolla este pequeño duelo, este encuentro entre dos pistoleros que -al menos en esta ocasión- quedará en tablas.
De momento...