El cine es puro juego -lo hemos dicho ya tantas veces- y es hermoso disfrutar de las posibilidades que se derivan de dicho juego.
El tiempo, sin duda, va a ser el que más posibilidades aporte al mismo, y las alteraciones, los saltos o los cambios temporales van a estar, en el lenguaje narrativo, a la orden del día.
Un ejemplo más de ello viene en la escena de hoy, una exquisita transición temporal realizada exclusivamente con un movimiento de cámara sobre un escenario, que de repente se convierte en ese mismo espacio físico, pero tiempo ha.
La escena es de la película "Lone Star", dirigida por John Sayles, un reputado guionista de Hollywood reconvertido en director de cintas independientes.
Probablemente Lone Star encierre lo mejor del cine de Sayles.
Película de personajes, sobre los que se ciernen los fantasmas del pasado, con un ritmo lento y bastante particular, nos sumerge en esta historia a medio camino del western, donde un misterio sin resolver vuelve para tambalear la supuesta tranquilidad de un pueblo fronterizo con México.
Una historia enrevesada donde Sam Deeds, actual shérif local e hijo de un reputado shérif del pasado, Buddy Deeds (Mathew McConaughey), tiene que enfrentarse a un misterio sobre la relación de su padre con otro shérif, corrupto y violento llamado Charlie Wade (interpretado por Kris Kristofferson), tras la aparición de una cráneo con huellas de violencia...
En un momento determinado, los antiguos compañeros de Buddy (el padre de Sam) recrean un incidente, una pelea, entre éste y Charlie Wade en esa misma cantina.
Con un simple movimiento de cámara nos trasladamos al pasado, a un local que cambia de decoración y de público.
He incluido un fundido a negro en la parte intermedia (la discusión entre Buddy y Charlie, que se alargaba en tiempos) para retomar la escena al final, y ver cómo volvemos al mismo escenario en la actualidad, con el narrador terminando de contar la historia.
Son dos minutos en total:
La primera parte de la escena no puede arrancar mejor. Con uno de los antiguos compañeros del shérif Buddy como narrador, que nos introduce en la historia del famoso enfrentamiento entre Buddy y Charlie, entorno a un cesto de tortitas.
La cámara irá desplazándose de la cara del narrador a sus manos, las manos de este se retiran de la escena, en ese momento cambia la iluminación y el plano encuadra el cesto de las tortitas.
Se me plantea una duda justo en ese momento, porque el movimiento de la cámara hace un ligero extraño, como una pequeña frenada, y tiendo a pensar que es posible que se haya parado la grabación en ese momento para acomodar perfectamente el resto de escenario y los nuevos personajes, pero también es posible que haya sido realizado de un tirón, y que cuando el narrador empieza la historia, enfrente de él se sitúen ya los protagonistas del flashback.
Así, sin solución de continuidad, vemos cómo una mano coge del cesto unos dólares. Es el corrupto Charlie Wade.
La cámara gira un poco (el movimiento de angulación no puede ser excesivo pues suponemos que enfrente se sitúa aún el narrador con el que empezamos el plano) y podemos observar a Buddy.
Justo después cambiará el plano (y por lo tanto se pudo rodar en cualquier otro momento).
Después del fundido en negro, cuando ha tenido lugar ya el enfrentamiento entre Buddy y Charlie a causa de los sobornos, sucede la vuelta al tiempo presente del mismo modo, sin solución de continuidad y con un único movimiento de cámara.
Al principio del plano vemos al shérif Buddy apoyado contra la columna.
La cámara se mueve y nos regresa al tiempo presente, y vemos a su hijo Sam -que escucha la narración del amigo- como si realmente estuviese viendo a su padre en ese momento.
Otro elemento que me fascina (y que tengo mis dudas acerca de cómo lo han solucionado) aunque pasa casi desapercibido es la columna.
La columna del bar donde tuvo lugar la discusión entre los dos shérif tiene un capitel determinado. La cámara va a ir a Sam, que se va a mover en dirección a la columna, y cuando volvemos a verla (siendo ya la columna del presente) vemos que ha cambiado, que está completamente lisa y que unas macetas decoran sus paredes.
Cuando Sam traspasa completamente esa nueva columna volvemos a ver al amigo que ha contado la historia, y la cámara realiza un acercamiento a él, para completar perfectamente el juego de escenarios entre pasado y presente.
Y de esa manera tan gráfica podemos sentir cómo el peso del pasado, el peso de los acontecimientos, el peso de lo ocurrido en ese mismo lugar aún flota en el ambiente (aún existe -o coexiste- en ese mismo espacio), aún tiene la suficiente fuerza como para marcar e influir en la vida presente de los protagonistas de la historia...