Mi experiencia -corta pero intensa- con el mundo de los blogs no deja de ser curiosa.
Nacen de la pulsión y la inconsciencia, de la vanidad y la necesidad, de la imprudencia y la temeridad.
Pero, una vez que llegan ahí, ellos se plantan y son los que exigen, los que dirigen, los que acotan o se expanden.
Y uno no puede hacer mucho por evitarlo.
Tenía clara la vocación didáctica y lúdica de este mi segundo blog.
La idea inicial era que versase -en general- sobre el mundo de la imagen, pero ya sea mi pasión por el cine, la ingente cantidad de material que surgía, o la imperativa necesidad de controlar el tiempo que me lleva hacerlo (creedme, demasiado) poco a poco hizo que se fuese delimitando casi exclusivamente al mundo del cine.
No se puede abarcar todo.
De todas formas no renuncio -al menos de momento- a tratar de vez en cuando asuntos relacionados con el mundo de la imagen en general.
Y todo esto viene a colación de la noticia, recogida ayer por los medios, del Premio Nacional de Fotografía a Jose Manuel Ballester.
Y es que -a mi modo de ver- no es tanto un premio a un trabajo fotográfico -que también- sino a uno que versa en general sobre el mundo de la imagen.
Porque la cámara fotográfica, el pincel, el ordenador o una cámara de cine no dejan de ser herramientas al servicio de un discurso, de unas emociones.
Y traigo la figura de Ballester ahora, en desagravio por no haberlo hecho en su momento, cuando hablaba en esta entrada de la senda del eliminacionismo.
Apenas si conocía yo entonces el trabajo de Jose Manuel Ballester, aunque mi amigo Dani Vargas me hubiese comentado algo al respecto.
Pero es que, curiosidades de la vida, al igual que en el video de "Los pájaros" de Hitchcock, o que la web "Garfield minus Garfield", Ballester articula uno de sus trabajos sobre el concepto del "apropiacionismo", que, aunque se expanda conceptualmente, trata aquí de apropiarse de las figuras humanas de cuadros determinados, despojando a estas de ese contenido vital y narrativo, y dejando que los espacios respiren por ellos mismos.
Puede que alguien se plantee preguntas como: ¿Son pinturas, son fotografías?, pero a respuesta no podrá sino ser otra pregunta: ¿Acaso importa?
Para apreciar el trabajo de Jose Manuel Ballester, no dejéis de visitar su web.
Entretanto podréis disfrutar aquí de sus trabajos (y comparativas con los originales) sobre el apropiacionismo.