Hace hoy justo un año empecé esta aventura de tener un segundo blog.
Sí, estamos de aniversario.
Con esta primera entrada celebraba entonces la llegada a este universo de cine y análisis fílmico con más dudas que certezas.
Quizá de lo que escribí entonces sólo me equivoqué en pensar que no me llevaría tanto tiempo.
Porque me lleva, vaya si me lleva.
La búsqueda de los trozos de película, la conversión de formatos, la subida a portales de Internet, la exportación de las imágenes que me interesaban y luego, encima, escribir los textos.
No es fácil, no lo ha sido, pero no voy a quejarme: En el fondo me gusta.
Ya te digo.
Hoy, justo un año después, muchas cosas han cambiado: Problemas de copyright, cuentas canceladas y una reconversión obligada.
Aún situándome en esta nueva perspectiva, busco un hueco donde esto fluya.
No nació este blog con demasiadas pretensiones, ni las tiene hoy en día, así que dejaremos -seguiremos dejando- que las circunstancias y el viento nos guíen.
Y es que soy de los que me dejo hacer.
Habrá menos video y más imágenes, pero seguirá habiendo, y eso es para mí lo importante, mucho cine.
Y compartir cine será la principal motivación.
Por eso hoy estoy de aniversario, y la cosa habrá que celebrarlo como merece: A gusto de un servidor.
Mañana colgaremos (o recolgaremos si se me permite la expresión) un video a costa del evento.
No os preocupéis, pago yo.
Poco puedo prometer, porque además no está en mi ánimo el obligarme demasiado.
Pero si de algún modo compartís ese gusto por las historias contadas en una sala a oscuras -mejor en un cine, siempre, pero si no también en casa- pasaros de vez en cuando por aquí, donde, con pocas prisas pero mucho cariño, trataremos buscar y analizar ese punto de encuentro, aunque sea breve.
El cine, esa palabra evocadora y mágica.
Que no nos falte...
