A modo de prólogo:
No pretendo aquí destripar argumentos (los conocidos spoilers) pero para analizar partes o secuencias de películas inevitablemente habrá que hablar de ellas.
No es una amenaza y sí una advertencia.
Hoy quiero empezar hablando del tiempo en el cine.
Y qué mejor que hacerlo con la película que da título a este blog.
Es difícil hablar del tiempo en el cine cuando el cine es tiempo. Todo en el cine es tiempo.
Por supuesto también es espacio, formato y encuadre, pero la referencia narrativa a cuánto duran las cosas se hace inevitable.
En esta entrada pretendo ir catalogando cómo se narran determinadas acciones.
Podremos encontrarnos tiempos narrados más largos que el tiempo real, de la misma duración, o lo más común, que es que el tiempo narrado dure menos que el tiempo real.
Un ejemplo maravilloso lo tenemos en este viaje en tren de Laura Jesson, la protagonista de "Breve encuentro".
Prácticamente al principio, y aún en el flashback que nos introduce en la historia, la protagonista toma el tren con una conocida, parlanchina y cotorra, con la que se ve obligada a sentarse.
Como se siente indispuesta, trata de desconectar metida en sus pensamientos "...esto no puede durar, esta tristeza no puede durar..." mientra la amiga le ha prometido despertarla en cuanto lleguen a su destino.
La lenta cadencia de su voz en off nos sumerge en ese duermevela preludio del sueño, los párpados se van cerrando, y justo cuando el sueño llega, cuando los ojos se cierran, termina igualmente el trayecto del tren, ante el asombro de la protagonista.
Efectivamente con dos únicos elementos como son la luz (de las negras y calladas tinieblas de su pensamiento a la ¿iluminación? y caos de su destino) y con el gesto final de sorpresa ante la pronta llegada, el director David Lean consigue contarnos todo ese trayecto en tren.
En apenas un minuto de tiempo real no sólo nos ha resumido esos veinte que debía durar el trayecto original, sino que nos ha sumergido en el estado emocional de Laura, y sirve de magnífico preludio a la historia.
Además, parafraseando los pensamientos que se desgranan en ese viaje, y que también tienen que ver con esto que hemos hablado del tiempo y el cine:
"...Ni la felicidad, ni la tristeza, ni siquiera la vida dura mucho tiempo..."